Segunda vez que coincido con Oscar Arias

Hoy 27 de agosto de 2009 tengo que ser humilde y admitir que por segunda vez en mi vida Oscar Arias tiene razón. Leyendo las últimas noticias del día en La Nación me encontré con que don Oscar Arias afirma que en este país, la prensa no sólo informa, sino que influye deliberadamente en la opinión pública.

Vaya descubrimiento don Oscar!!! Pero, por qué la queja? No llegó usted a la presidencia gracias al poder de la prensa (bueno, de 2 músculos "informativos" bien poderosos como Canal 7 y La Nación)?

Don Oscar, usted ha sido de los presidentes que tuvo más tranquilidad en lo que respecta a los medios. Durante casi 3 años sólo veíamos cosas buenas y maravillas de usted. Que el TLC de Oscar es bueno, que patearle el culo a los taiwaneses es lo mejor, que desde hace 20 años todos los gobiernos son una mierda y que sólo con Oscar Arias se avanza, etc, etc, etc.

Si don Oscar se pone a meditar, la luna de miel con los medios se le cayó cuando Laura Chinchilla se convirtió en su protegida. Además, hace un tiempito, Don Rodrigo también echó más leña a ese fuego cuando digo que iba a propulsar una constituyente (http://www.nacion.com/ln_ee/2008/diciembre/01/pais1794785.html) y que él quería ser constituyente (http://www.nacion.com/ln_ee/2008/diciembre/01/pais1794794.html) y hasta sugirió que con una constitución que permitiera un país menos ingobernable se animaba para el 2014:

Y luego aspiraría, en el 2014 a lanzarse a la presidencia, ya con la Constitución reformada…

Eso sería como un cuadro óptimo… con la Constituyente como un proyecto de corto plazo en donde me encantaría participar y haríamos lo posible por llevar la mejor gente. Y... si de ahí en adelante siento que puedo ayudar y me siento con ánimo y salud, la presidencia es una cosa a la que no le digo que no.

Don Oscar, no sea chichoso cascarrabias que no le va, no muerda la mano que la dió de comer. Usted cómo se queja de la prensa si usted está del lado con poder para manipular, mientras nosotros simples Juan Pérez somos quienes nos tragamos todos sus engaños, qué asco!