jueves, 30 de septiembre de 2010

Corto y para meditar

Me enviaron la siguiente reflexión que quiero compartir:

Una pareja de recién casados, se mudó para un barrio muy tranquilo.
En la primera mañana en la casa, mientras tomaba café, la mujer reparó a través de la ventana, que una vecina colgaba sábanas en el tendedero. Que sábanas tan sucias cuelga la vecina en el tendedero...! Quizás necesita un jabón nuevo... ¡Ojala pudiera ayudarla a lavar las sábanas! El marido miró y se quedó callado. Y así, cada dos o tres días, la mujer repetía su discurso, mientras la vecina tendía sus ropas al sol y el viento.

Al mes, la mujer se sorprendió al ver a la vecina tendiendo las sábanas limpiecitas, y dijo al marido: ¡Mira, ella aprendió a lavar la ropa! ¿Le enseñaría otra vecina? El marido le respondió: ¡No, hoy me levanté más temprano y lavé los vidrios de nuestra ventana!

Y cómo estarán nuestras ventanas?

sábado, 25 de septiembre de 2010

Señora con güevos bien puestos!

A inicios de semana y producto de las inundaciones que hubo en Curri el domingo pasado estaba viendo las noticas de Canal 11. Entrevistaron a una señora probablemente mayor de 70 años muy angustiada.

Lo que me impactó de la nota y es lo que quiero compartir es la razón de la angustia de la señora. Ella diay pues claro que estaba preocupada por ver cómo le había quedado su casita, pero lo que la hacía llorar era el hecho que esa situación la iba a obligar a pedir ayuda. Ella lloraba diciendo que siempre ha sido una persona de trabajo, que desde que su marido enfermó a puro trabajo se encargó de la casa, pero que ahora iba a tener que pedir ayuda y eso le daba mucha vergüenza.

Yo interpreté sus declaraciones como el dolor de alguien a quién nadie nunca le regaló nada y que ahora, dada la situación y su edad, claramente iba a necesitar ayuda. Yo no lo interpreté como soberbia, si no más bien como una muestra de güevos increíble.

Perder la casa por una inundicación, incendio o cualquier otra fatalidad debe ser muy duro, pero luego de oir a la señora se me vino a la mente toda la gente que sale en cámara diciendo que le pide al gobierno que le ayude. Claramente una situación de esas lo deja a uno vulnerable y desubicado, pero a diferencia de la señora, la posición de más de uno (la mayoría me parece a mi) es "pobrecito yo, ayúdenme". Tal vez son personas a las que ya se les ha advertido del riesgo que corren a veces por contruir en cualquier lado y sin embargo siempre es culpa del gobierno que el río o la montaña los dejara en la calle.

Señora, usted fue un ejemplo de que andar siempre pidiendo regaladas las cosas tiene que dar vergüenza. A la gente en necesidad siempre hay que ayudarla, pero ayudarla a levantarse y a encontrar su propio camino.

sábado, 11 de septiembre de 2010

Lo que los maes aún no entendemos del sexo

En unas entradas anteriores había escrito sobre un tema que creo que no domino mucho, pero que al igual que todo mundo tengo algo que decir. Esta fue esa entrada: El sexo está sobrevalorado

En esta entrada es como para verlo con más importancia pero desde el punto de vista masculino. Los maes nos exigimos mucho en este tema, sobre todo por el factor machismo. Acá van algunos pensamientos personales al respecto que he llegado a concluir:

1. Los maes no somos responsables 100% del placer femenino. Si una mujer llega al orgamo no es para que nos sintamos Zeus, y si no llega, tampoco es para pensar que somos unos inútiles. Nosotros tenemos que colaborar y con ganas, pero no somos los únicos en la ecuación.

2. Las mujeres tienen y disfrutan del sexo cuando ellas quieren. A diferencia de los maes, su libido sí se ve afectada por factores ambientales a considerar. Los maes sentimos ganas antes, durante y después de un partido de la Sele, la edición nocturna de Telenoticias, con gripe, con sueño, etc.

3. No todas las mujeres son iguales. Si nos funcionó decir palabrotas con una, puede ser ofensivo con otra. No hay una receta, cuando terminas con una e inicias con otra pues lo que sabes te ayuda, pero primero hay que interesarse en lo que les gusta a ellas, no en lo que consideramos hacemos bien.

4. Las mujeres hoy en día te piden que hagas o no hagas cosas. Ya sea porque han probado, lo han visto o lo han leído. Esto no las convierte en zorras desaforadas. Apertura de mente viejos, eso es lo que necesitamos.

5. Cuando se trata de sexo los maes siempre exageramos. Si hace 6 meses no hay acción, pues no la ha habido. Si tenemos sexo con la novia, esposa, amiga, etc una vez al mes, cuando nos pregunten decimos una vez al mes, no hay por qué sentirse avergonzado. Eso sí, los beneficios de una buena revolcada son muchos, mejoremos la frecuencia.

6. Ya entiendo por qué los cuarentones tienen suerte con las veinteañeras. Los maes de 20 apenas tienen chance meten el pajarito, unos cuantos gemidos y taladrazos y se nos fue al carajo el mae. Claro, este mae en 2 minutos está recuperado para reiniciar la misma escena. Este mae le puede meter corazón a la jugada pero le falta táctica. El mae de cuarenta es 100% táctica. Dado que sabe que su tiempo de recuperación es alto, en el primero se luce, ya que si queda mal, podría ser el último. En ambos escenarios no estoy generalizando, podría ser que uno cuando comienza en esto arranque con colmillo pero no es caso en la gran mayoría de nosotros.

Por ahora, dejo acá mis apreciaciones sobre sexo, entrega número 2.