14 días

Hace 14 días que no posteo nada y me estaba preguntando cómo pasó tanto tiempo sin siquiera poner un link a algo interesante que me hubiera encontrado. De hecho, he estado perdidísimo sobre lo que los demás han publicado y me he encontrado temas que han tratado muy interesantes que ya me quedé fuera de la discusión que me imagino estuvo candente.

Preguntándome qué pasó en esos 14 días caí en la cuenta que:

- Se me desmadró la rodilla izquierda, al parecer se me derramó el líquido. Justo cuando tengo una rutina de ejercicios que estoy cumpliendo (mejengas lunes, cleteadas domingos y otras por ahí) me pasa esto. Lo peor es que pinta feo y ya me están sugeriendo un ultrasonido.

- Una gripe terrible me revolcó por 10 días. En noviembre pasado me había vacunado y bueno, justo cuando empezaba a hacer calor en CR ese virus cabrón me recordó que son años de años de evolución que ha sufrido el bichillo ese y que es muy optimista pensar en que uno no se va a enfermar con una pinche vacunilla.

- Lo peor y quizá lo que más me desmotivó para aparecer por estos rumbos fue la partida de Ernesto Josué. Él mientras estuvo en este mundo fue una personita de escasos 2 añitos quién desde los 8 meses tuvo que librar una batalla terrible contra un cáncer. Ernesto Josué fue un valiente que con un añito y un poco más de vida superó un transplante de hígado y terribles sesiones de quimioterapia porque su deseo de vivir era más grande que cualquier obstáculo. Aún cuando los doctores dijeron que ningún transplante de ese tipo a esa edad tenía grandes posibilidades él luchó y logró vencer al cáncer que sin embargo dejo efectos colaterales que provocaron que meses después su salud se viera comprometida de nuevo. Luchó nuevamente casi un mes y cuatro intervenciones quirúrgicas más y bueno, decidió que su misión en este mundo estaba cumplida y partió dejando una huella importante en aquellos que estuvimos ahí echándole porras.

Ernesto Josué es el hijo de un compañero de trabajo. Logró que muchos por acá nos uniéramos a rezar por su bienestar. Rezaron quienes son muy creyentes y aquellos quienes sin serlo tanto, entendieron que la energía positiva sí se puede transmitir de alguna forma. Tocó más gente de la que generaciones enteras han sido capaces de influir. Nos hizo entender a muchos que en el Hospital de Niños hay un grupo profesional y humano que hace hasta lo imposible por sacar adelante a niños indefensos. Nos hizo comprender que la donación de sangre no es una caridad que hacemos, si no, una obligación moral que tenemos que interiorizar, sobre todo los que tenemos tipos de sangre no tan comunes (el 80% aprox. de la gente en CR es O+ por lo que los otros tipos siempre son escasos), nos enseñó la infinidad del amor de un padre por su hijo, en fin, Ernesto Josué me ha enseñado más, que muchos que se jactan de un gran intelecto.

Sus padres se comportaron como grandes titanes a pesar que era su único hijo. Por ahí me encontré un post sobre el origen del cristianismo que es una copia de otras culturas, religiones, etc. A mi esos temas siempre me han parecido muy interesantes. No me hace creer más ni creer menos, sólo me parecen interesantes. Respetando la posición de aquellos que se consideran ateos y de aquellos que son muy creyentes, en la misa de Ernesto Josué comprendí que sin la fe que muchos tienen, sin la esperanza de una vida mejor, sin la convicción de que hay una fuerza mayor, los papás de Ernesto Josué estarían hoy en día en un manicomio porque cuándo empezaban a disfrutar de su hijo, les fue arrebatado. Sin embargo, en ellos había una paz porque consideran a su hijo un ángel.

No sé mucho de religión, pero me convencí que definitivamente, de alguna forma que la humanidad no podrá explicarse, está, aquellas, las que ya no están, las que vienen, todas las culturas necesitan creer que todo se debe a algo, y que las injusticias que a veces se ven en este mundo sólo pertenecen a este mundo.