En el futbol se dice que los grandes jugadores siempre aparecen cuando más se les ocupa, en partidos decisivos, en finales, en partidos cuando sus compañeros no reaccionan, etc.
En CR, el país del eterno valeverguismo, pues por lo general no se nos complica el partido. Sin embargo, en las últimas semanas sí se puso fea la vara. Nicaragua, particularmente en la frontera nos está metiendo 3 goles y nosotros aún no hacemos ninguno. Nuestros Dt´s han planeado diferentes estrategias pero la mejenga sigue igual. Al calor del partido, el aguatero y el masajista han dado declaraciones a la prensa, pero lejos de ayudar al DT para enderezar el barco, más bien la han cagado más.
Cómo buenos ticos, los 4 millones de entrenadores que están detrás del tele tienen la solución. Algunos apuestan por renovar la línea ofensiva, otros creen que el colador está en la defensa y lo más técnicos creen que el problema está en que el creativo no está generando futbol, si no tenemos la bola la tiene el otro.
Lo que más me preocupa de esta mejenga, es que el grupo más grande en psedudo entrenadores piensan que ya este partido está perdido, que juguemos al menos a pegar al rival. Barridas a los tobillos, codazos disimulados, arañazos en los tiros de esquina, escupitajos cuando el árbitro no vea y madrazos por doquier.
Dejando de lado el futbol, qué rayo les pasa a los ticos? de donde se nos salió lo bélicos? No es que somos un país de paz? o es una más de las mentiras que solemos decir los ticos?
Ocupamos una policía de fronteras? Tal vez sí, tal vez ocupamos una buena policía que nos proteja de las ocurrencias de los nicas en el San Juan, una policía que nos proteja de la droga en Paso Canoas, pero ojas, podríamos requerir una policía de fronteras que nos proteja de Hospital Psiquiátrico para afuera, otra que nos proteja de Metalco para afuera por citar algunos ejemplos. Las fronteras las tenemos con los países vecinos, pero para adentro tenemos muchas fronteras más críticas y que hemos ido creando con el tiempo: la que nos separa de ricos y pobres, de gente del sí y gente del no, de católicos y protestantes y muchas más para las cuales no hay policía que nos salve.